domingo, 28 de septiembre de 2014

Nostalgia apoptósica.



Todas las células de mi cuerpo han cambiado
y ya no soy la que era contigo
ni tampoco soy ya la que decidió que no valía la pena
continuar con el luto.

Soy otra.

Me llaman por el mismo nombre
tengo el mismo color de ojos
mis pechos
mis manos
mis labios
parecen los mismos que ayer fueron tuyos
pero    ya ves    no queda nada
de lo que tú te creíste poseedor

tu reino

y todas tus riquezas

son ahora piel muerta. Peau morte.

Finas partículas que, sin oxígeno, acabaron en mi almohada
en la butaca de una sala de cine
en toallas
en bancos de parques
esponjas
en otras pieles.    

Aquí fuera no queda nada de lo que fui contigo
todo es nuevo e incluso esto tan nuevo
se hará mas nuevo.

Estar limpia de ti. No hay regalo más grande que la naturaleza pueda darme.
Eso y el tiempo lineal, gracias al cual te miro por un retrovisor
con unos ojos que tú crees tuyos, pero que ya no lo son
y con los que voy, poco a poco, perdiéndote de vista.
Olvido celular. Desintoxicación.