las sábanas viudas de la seda de tu piel, ásperas
las persianas de mis ojos caídas
y un <<cerrado por defunción>>.
Queda el preludio de mil perdones,
en mitad del silencio, un cabizbajo <<te quiero>>
mi corazón violado y preñado de ilusiones
que hoy aborta un huevo huero.
Y después ¿qué me queda?
Nada más.
Abrazar tu sombra mientras te sigo
por las calles frías de este anhelo mío
de despertar en otra realidad.
Un te quiero no puede ser nunca cabizbajo, ni aún sin respuesta.
ResponderEliminarMe gusta, es prometedor. Y lo del corazón violado,muy gráfico
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