lunes, 29 de octubre de 2012

Efemerópteros.


Tú y yo, aún de carne y hueso,
aún queriéndonos
como nos queremos,
desaparecemos.

Los miro con los ojos de la niña que mira,
por vez primera,
a la realidad a la cara.
Fascinada por lo pasajero de las cosas,
¡Cachipollas!
Como nuestros sueños,
que no sabemos si sobrevivirán al mañana
como nuestros besos,
que en nuestras bocas se desgranan
como nuestros cuerpos
que serán... ¡la nada!
más absoluta y reinante
¡maniatada!
que por mucho que queremos lucharla
siempre nos come el terreno.

Efemerópteros nuestros cuerpos cuando son uno
y cuando se sueñan, si están lejos
confundiendo mapas y brújulas.

Tengo más certeza de que mañana solo quedará el desierto
y las voces de júbilo muertas
que de que sobreviviremos a nosotros,
que acabamos conmigo y contigo,
que nos volvemos locos.
Efemerópteros, cariño
pero hasta el final dando guerra.

lunes, 15 de octubre de 2012

What life is.


La vida es una colección de momentos intensos.
La vida son dos, diez, veinte, treinta primeros besos.
La vida son las caricias tan suaves que te hacen llorar.
La vida es verlo por primera vez. La vida es verla por primera vez.
La vida es verlos felices. La vida es el momento en que sientes que has contribuido a ello.
La vida no es un decálogo de condiciones sociales que seguir.
No hay vida cuando te sientes culpable por ser feliz. Aunque sea un momento.
La vida son dos manos que se tocan sin que los ojos se atrevan a mirarse.
La vida es cada vez que el estómago se te encoge y el corazón se te acelera.
La vida está en cada lágrima que hayan secado unos labios.
No hay vida cuando vigilas cada uno de tus pasos evitando hacer las cosas mal.
La vida es elegir, hasta cuando no te dejan. Hasta cuando no debes. Darte esa oportunidad.
Todos los que se escandalizan mueren pensando en cuantas veces les gustaría haber sido ellos mismos sin ocultar sus ganas de hacer lo que quisieran hacer.
La vida es jugar. Y listo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Knees.

 

Sus rodillas son el germen de mis emociones
silbadas,
 sutiles y mermadas,
brisa soplando en sus corvas.

Sus rodillas tienen una cicatriz que guarda revoluciones
tiempos pasados de rabia y gritos
que ahora parecen mentira,
mientras la miro.

Sus rodillas son esquivas bisagras que me controlan
recuerdo su caminar férvido
como oasis en el desierto de mi olvido
una efeméride que vaga errante
por cada sueño de mis noches.

Al caer mis párpados la veo,
veo la suavidad de sus articulaciones
mientras se acercaban a mí, sus piernas.
Sentía yo el pudor de su desnudez en mis carnes
por resultarme más de lo que podría yo merecer
pero ella sonreía y,
en lugar de retroceder
yo bajaba hasta sus rodillas.
Ellas que querían venir a mí, 
ordenaban el paso,
la traían a mis brazos
bajo el peso de su cuerpo frágil.
  
Sus rodillas forman parte del camino,
mi camino,
el que yo sigo,
cuando quiero llegar a su ombligo,
son la lija y la seda en mi vida
ávidas de mis caricias,
no quiero otras conmigo.
Se morirán las musas, una tras otra
no me quedarán derrotas
que desgranar aquí,
pero siempre quedarán sus rodillas
para sacar palabras
de mis nadas que decir.