Llena de estruendo la nana
que me cantan las voces de mi cabeza
que navega en un mar tranquilo
que se asemeja
a las aguas diáfanas del vientre de una madre.
Que mis versos contrahechos no te asusten
que te azucen
a crear el caos entre mis sábanas
plácidas,
ácidas,
envenenadas con mi descanso.
Muérdeme, arráncame la piel a tiras
no dejes que me duerma.
Abre la boca bien grande
y meriéndate mis sueños,
sueña -despierto-
con las tripas de mis ilusiones en las tuyas,
devoradas
chúpate los dedos y tócame después,
no me pierdas ni un instante,
átame a la vida,
quiéreme.
Joder Isa, no tenía la imagen de ti de que escribieras tan bien!
ResponderEliminar