
Donde yace tu cuerpo
han crecido flores
flores de par en par abiertas
como tu carne
ya podrida
ya a jirones
Si he de guiarme por el
aroma
donde estás debes ser más
feliz
y si no
las capas de tierra que nos
separan
me ocultarán tan terrible
secreto
seguiré ignorante ajena
pueril
te imagino corriendo en
praderas eternas
sin noción alguna de
espacio o tiempo
sin necesidad de nada, más
que de mí
pero con calma y sin prisa
pues sabes que ya llego
que no me olvido de ti.
Casi quiero
enloquecer y levantar con
mis manos
a puñados
ese techo marrón
jugar con tu esqueleto blanco
como si fuese una maqueta
una réplica macabra
de lo que fue un día mi
amor
quiero apartar los gusanos,
las larvas
recuperarte de la tierra, de
la naturaleza
a la que te devolví,
resignada
pero todavía mi cordón de
plata me ata
a la sensatez
al ser discreto
aunque el jardín que hay en
tu tumba hoy me susurre
«no ha sido tan malo, te lo
prometo».