sábado, 12 de marzo de 2011

Let It Bleed. Like a Rolling Stone.


Acariciar las rocas.
Acariciarlas tan fuerte que raspen, que sangres. 
¿Qué sientes acariciando la seda?
¿te ves a ti mismo dando lo mejor de ti?
¿O ves un anuncio de suavizante conocido por todos cuya canción todo el mundo tararea, donde todo es suavito y no implica mancharse?
No es el camino fácil o el difícil, sino la sangre.
Las cosas funcionan con sangre, con desgarros.
Si no conoces el color de tu propia sangre, si no te has visto machacarte la piel para conseguir verdaderamente el placer de las cosas complicadas, la vida que vives no merece la pena. La vida que vives no te regalará sus mejores sensaciones, sus mejores premios. De hecho, nunca jamás vivirás.

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