martes, 12 de octubre de 2010

Uno como el mío.


¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria
del privilegio aquel, de aquel aquello
que era, almenadamente blanco y bello,
una almena de nata giratoria?

Recuerdo y no recuerdo aquella historia             
de marfil expirado en un cabello,
donde aprendió a ceñir el cisne cuello
y a vocear la nieve transitoria.

Recuerdo y no recuerdo aquel cogollo
de estrangulable hielo femenino
como una lacteada y breve vía.

Y recuerdo aquel beso sin apoyo
que quedó entre mi boca y el camino
de aquel cuello, aquel beso y aquel día.
                          Miguel Hernández

Y el cuello es como un camino entre corazón y mente. Muerde ahí para confundir la vía, para cortar la comunicación, para estimular ambos entes que dentro de uno, por un instante, se ponen deacuerdo.

3 comentarios:

  1. y nosotros callamos y acatamos órdenes porque así lo dice el gran Migue Hernández... Almena de nata giratoria!!!!! Amén!

    Nata, blanco, pureza... no falla, blanco y en botella... La piel pálida, esa palidez...

    Gran suspiro de anhelo... ¡Ay! La nata.

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  2. El cuello de una mujer, la octava maravilla del mundo.

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